Hoy lloro

Lloro hoy,
Lloro por amar,
Lloro por soñar,
Por verte hoy,

El peso de batallas,
Influyen sobre mi armadura,
Descascaran mi corazón
y asesinan mi ilusión.

La tristeza embarga de nuevo,
El alma de este joven caballero
Y las lagrimas por fin brotán
frotando su tersa piel,

Llora por causa perdida,
Llora por riña ganada,
Llora por inocencia olvidada,
Y por una vida abandonada....
By Juan

Imagenes de bienvenida





Este post es para tener estás imagenes con un host!! saludos :-)

Mi mejor amiga...mi primer amor.(Finalizado)

Nunca me han gustado los hospitales, desde pequeño siempre les tuve pavor, sin embargo han sido un lugar al que continuamente he tenido que asistir por uno u otra razón, hoy me encuentro en la cama de uno, con una aguja conectada a mis venas y con una botella en la cuál puedo ver mi apéndice recién extraida de mi cuerpo, flotando, sin vida, incesante, no se porque son tan sádicos de darle a los pacientes una parte que acaba de ser extraida de su cuerpo, en fin, este no es el tiempo ni la historia para referirme a esto...
-¿Por qué razón estás aquí?- Me preguntó esa noche una dulce y suave voz pero que sonó algo adolorida y quebrantada.
-Apendicitis, no veo el lugar para que pasen los días y pueda salir de aqui-dijé más sorprendido que interesado por la conversación que se estaba planteando entre mi compañera de cuarto a la cuál no había visto nunca por la cortina que nos separaba.
-Nunca desees que los días pasen rápido, cada día que pasa es uno menos que te queda para disfrutar y uno más que te acerca a tu final-dijo la dulce voz
-¿Quién erés?-Pregunté intrigado por la respuesta tan profunda que me había dado la jovén (lo identifique por la voz)
-María, me llamo María....y ¿tú?-Dijó mi nueva amiga
-Juan, Juan Carlos-
-Y dime Juan ¿Por qué tanto afán de salir de aca?-
-Nunca me han gustado los hospitales, vidas llegan y nunca salen por estas puertas, luchas intensas minuto a minuto se libran por casos perdidos, no aguanto ver a los pobres niños con cáncer que probablemente nunca saldrán de aquí, nunca tendrán una vida, no podrán disfrutar de miles de cosas con las que yo si puedo contar-
-¿Te parece que la vida de los niños con cáncer no es plena?-
-Claro que no, acaso puedes llamar vida a vivir postrado en una cama resistiendo la quimioterapia, sin ver las bellezas del mundo exterior, la verdad lo siento mucho por ellos-
-Interesante, pero dime ¿Qué es la vida?, ¿acaso no es preferible poder disfrutar todos los días sabiendo que de todas maneras con certeza vas a morir?,¿ acaso no vale la pena usar la quimioterapia y resistir los agonizantes dolores para tener un día más de vida?, Juan, una vida plena no necesariamente significa salir, pasear, ver el mundo exterior, una vida plena es sentir amor, aprecio, cariño por cada día de tu vida-
Hubo una pausa en la cual mi mente trataba de clarificar las palabras dichas por María y al entenderlas todas me sorprendí por lo extremadamente sabias de sus palabras
-¿Y tu, no te quieres ir?-pregunté
-Dudo que lo haga-
-¿Por qué?-
-Verás me acaban de diagnosticar cancer, tengo unos pocos meses de vida, el doctor me ha dicho que no puedo dejar el hospital-
Un cubo de hielo acababa de golpear fuertemente mi cabeza y todos los nervios de mi cuerpo se tensarón ante el terrible descubrimiento.
-Cuan....cuan....cuanto...lo....siento-logre balbucear
-No te preocupes Juan, la muerte no es más que la siguiente gran aventura, cada día que tengo de vida es un regalo más por el cuál debo estar feliz, cada canción que escuche es un motivo más por el cuál bailar, yo se cuando voy a morir y puedo aprovechar los días que me quedan, solo espero no morir sola, es mi único deseo-
-¿Y tus padres? ¿Que opinan de esto?-
-Mi madre murió a los pocos segundos de haberme dado a luz y mi padre....bueno mi padre no puede venir al hospital, está en la cárcel y no quiere verme por ningún motivo, tú eres la única persona diferente a doctores y enfermeras-
No sabía que decir, sus palabras me fueron dando a entender que su vida era todo menos fácil, y aun así, ella seguía teniendo esperanzas, no en sobrevivir sino en tener una vida feliz, sus palabras no eran asimiladas por mi mente, sin embargo mis pensamientos fueron interrumpidos por su bella voz de nuevo.

-Ya se, ya se, te parece dura mi situación, no te preocupes por mi, lo único que te pido es que hables conmigo, eso me haría feliz, pero si no quieres…-Su voz fue interrumpida por un gemido de dolor que solió de su boca, lo cuál me agito mucho

-¿Qué te sucede?-pregunté angustiado

-Na….nada, la quicio….la quimioterapia empieza su efecto en las….-otro gemido de dolor que me sobresalto aun más y me llevó a oprimir el botón que llamaba a la enfermera, la cual, en pocos segundos apareció en el cuarto

-¿Qué sucede?- pero al formular está pregunta Maria emitió otro gemido lo cual hizo comprender a la enfermera que dijo –Ya vuelvo Maria, te traeré tu calmante- y salió inmediatamente del cuarto

-Padre….Nues…tro…que estás en los cielos…santificado sea…tu…Nombre….venga a nosotros….tu reino-empezó a decir María entre gemidos

-¿Qué haces?-pregunté sorprendido por las palabras de María

-Todas….las noches….me inyectan…mor….mor…fina…y puede que sea mi última…noche en este mundo…y no me pue….puedo ir…sin…sin despedirme de mi Señor…-dijó María quien cada vez entraba mas y mas en mi corazón por su manera de ver la vida, y me llegué a sentir furioso conmigo mismo por despreciar lo que tenía, sin embargo, la entrada de la enfermera me distrajó de mis pensamientos. En sus manos trajó una jeringa llena de un liquído extraño, nunca en mi vida lo había visto pero pude suponer que era morfina por las palabras de María.

-Bueno princesita, prontó cesará el dolor- dijó la enfermera

-Que pases una muy buena noche, que la luna alegre tus sueños, y Cristo quíe tus caminos, gracias por hablar conmigo, solo espero que Dios me regalé otro día para conocerte-Dijo María y seguido a esto escuche un último gémido y un silencio adormecedor, la enfermera se me acercó y dijo –Mañana ya podrás salir, que pases buena noche, si me necesitas llamame- y dichó esto salió del cuarto dejandome a solas con la oscuridad, mis pensamientos y el cuerpo cedado de María. El sueño me embriagó casi inmediatamente y la noche se pasó rapdamente y la mañana me despertó con una melodiosa canción

-May it be the shadow's call…..Will fly away….May it be you journey on….To light the day….When the night is overcome….You may rise to find the sun-

-Que hermosa voz- dijé sin abrir los ojos y sin saber aun quien era

-Gracias, eres la primera persona que me lo dice, disculpa por despertarte-Dijo la ya reconocida voz de María, no sabía porque, pero escuchar su voz me dio una tranquilidad incomparable.

-Este cuarto está muy oscuro ¿no te parece?-Dijé al percatarme de que la luz era muy tenúe en toda la habitación –¿Por qué no pides que te cambien?

-Para que voy a pedir que me cambien si tengo el paisaje más hermoso a través de la ventana-

Mis ojos se plantarón intuitivamente en la ventana y enorme fue mi sorpresa al ver que el paisaje que me mencionaba María no era más que una fría y destartalada pared del hospital

-¿A eso le llamas un paisaje?-

-A la pared no tontito, si te fijas bien, al final de la pared se alcanzá a filtrar un pequeño rayo de luz-

Observé de nuevo la ventana y me di cuenta que efectivamente un suave rayo de luz atravesaba la pared, pero aun así no lograba entender lo que me decía asi que repetí la pregunta

-¿Y eso es un paisaje?-

-Ese rayito de sol, ese único y débil rayo de sol es el que me muestra que afuera ahí un mundo, es el único que me mantiene conciente de la realidad, ese rayito de sol que aparece a diario por la ventana es la prueba que Dios me acompaña, que no estoy sola en este mundo, cuando alcanza a alumbrar mi cara siento la calurosa caricia de mi madre, cuando desaparece en la noche y es reemplazado por un rayo azul lunar me indica que Dios me ha permitido vivir otra noche más y cuando amanece y me despierta que otro día me ha brindado para gozar su creación y el regalo más lindo que nos ha dado a todos: la vida, por eso esque me gustá mucho ese paisaje- Con estás palabras mis pelos se erizaron ante la fuerza de esta niña, era increíble, a pesar de todos los problemas por los que ha pasado, seguía ahí, disfrutando, y sus palabras no solo me hicieron pensar en esto sino que empezé a sentir aprecio por ella, quería salvarla, quería abrazarla, quería verla, eso era lo principal, verla, así que llamé a la enfermera que de nuevo, llegó inmediatamente

-¿Necesitas algo preciosito?-Dijó la cariñosa enfermera

-Si, lo que pasa esque María quiere que corras las cortinas que separan nuestras camas-

-¿Eso es cierto María?-Dijó la enfermera que parecía sorprendida por mi petición

-Se que te parece raro, pero si, ya estoy lista para que alguién más me vea, y ese alguién quiero que sea Juan, por favor corre la cortina-Dijó María y no se porque pero me sentí sonrojado

-Muy bien, si eso es lo que quieres, aquí voy- La enfermera se acerco a las cortinas y poco a poco fue corriendo las cortinas dejando a mi vista una niña asombrosamente hermosa, a pesar de los rasgos bien marcados de la quimioterapia entre los cuales el más reluciente era su falta de cabello, era una de las niñas más lindas que jámas había visto, sus ojos azules eran totalmente penetrantes y su cara comparable solo con las de los angeles, me sorprendió al ver que ella también me excrutiñaba de arriba para abajo.

-Eres mucho más lindo de lo que sugiere tu voz-Me dijo ella y el corazón me dio un vuelco

-Bueno, tu no te quedas atrás-Le dije un poco tembloroso pues no era muy bueno para decir halagos

-Gracias, pero creedme, he estado mejor- y dicho esto soltó una carcajada que me contagió a mi y a la enfermera que se había quedado viendo la primera vez que nos veíamos

-Ya veo que es cierto que las mujeres son vanidosas-Dije

-Creedme, la vanidad en esta vida es poco, de nada sirve una linda y reluciente manzana si en su interior se encuentra podrida, lo que de verdad importa de las personas es su espíritu, pues al final de los días es lo único que nos quedará, será nuestra carta de presentación a nuestro Señor-

-Una vez, me dejas atónito- dije sin nada más que decir y contemplando sus hechizantes ojos

-Son los mismos de mi madre- dijo como adivinando lo que estaba pensando –Solo la he visto en una foto, era hermosa ¿sabes?, lo que ella más quería en la vida era tener una hija y pues la tuvo-

-¿Pero a que costo?- y de inmediato caí en cuenta de la estupidez que acababa de decir

-Obtuvo lo que quiso en la vida, murió feliz, sus últimas palabras fueron “Es hermosa”, alcanzó a verme, cumplió su deseo, descansó en paz, se fue feliz…-Hubo un silencio en el cuál los ojos verdes se llenaron de azules lagrimas, está visión me partió el corazón “Todo por tu culpa” “! Todo por tu entupida pregunta ¡” me decía la conciencia y mi corazón se sentía pesado por haber hecho llorar a tan bello rostro.

-No te sientas culpable- me dijo una vez más adivinando mis pensamientos, al parecer esos hermosos ojos eran capaz de descifrar los acertijos de mi mente -En las noches, sueño con ella, solo es un remoto recuerdo pero la droga esa que me dan lo agranda y me acecha todas las noches, si vez que mis ojos se llenan de lagrimas no te preocupes, recuerda que no todas las lagrimas son de dolor-Dijo dejándome seco, pensativo, sus ojos se clavaron en los míos y un choque eléctrico cruzó por todo mi cuerpo, al parecer esa mirada hacía maravillas en mi cuerpo, no podía dejar de verla, sus labios eran hermosos, esa cara, esos ojos, pero aun así no era eso lo que más me atraía hacia ella, era su espíritu, cada palabra que salía por su dulce voz era como una melodía de sabiduría, no entendía como podía alguien como ella haber quedado en tal estado, pero si sabía que lo había aprovechado al máximo, y no solo eso, sino que sin quererlo, se había convertido en mi angelito, mi dulce angelito.

-Gracias- me dijo

-¿Por qué me das las gracias?- pregunté intrigado

-Por permitir hablar con un niño tan guapo como tú, por prestarme atención-

-¿Cómo no prestarle atención a un ángel en la tierra? Y no me des las gracias, gracias a ti por enseñarme tantas cosas, gracias por dejarme ver los ojos más hermosos en todo el mundo y por dejar ver un espíritu el doblemente de hermoso- Las palabras salieron de mi boca sin necesidad alguna de ser pensadas, el ser que tenía al frente era sin duda de los que se veían una vez en la vida y no podía dejarla sola, no la iba a dejar sola, desde ese día me propuse a estar con ella hasta su final.

-Perdón por interrumpirlos, pero Juan, tu madre está aquí, te tienes que ir- Dicho esto se me acerco y desconecto la aguja que me conectaba al suero, me acerco unas pantuflas y me ayudó a pararme de la cama, pero antes de llegar a la puerta le pedía que me dejara despedirme de María

-Creo que está será nuestra despedida, espero que tu vida sea muy…-Pero la interrumpí -¿De que estás hablando? Cuál despedida, lo siento mucho señorita pero tendrá que ver esta carita en su cuarto todos los días, uno nunca deja a sus amigas abandonadas ¿o si?-

-¿Me consideras tu amiga?-

-Mi amiga…..no, tu no eres mi amiga, tu eres mi angelito-

-Gracias por existir- Me dijo colocando una sonrisa que me conmovió el alma por su belleza, hasta tal punto de querer besarla, pero me contuve y dije –Vendré mañana, te lo prometo-

-Cuídate-Me dijo y contra mi voluntad me tocó que dejar de contemplarla e irme hacia donde aguardaba mi mamá que al ver la enorme sonrisa que llevaba en la cara me preguntó ¿qué si tanto me alegraba irme del hospital?

-No mamá, me alegra que Dios nos haya creado así, como somos, nunca sabes quién va a ser tu ángel pero siempre lo encuentras en el momento más indicado ¿no crees?-

-Voy a tener que traerte más a menudo al hospital- Dicho esto ambos soltamos una carcajada aunque en el fondo mi corazón sabía que volvería a ese hospital muy a menudo.

Toda la mañana siguiente no me pude concentrar en el colegio pues todos mis pensamientos se vieron acaparados por aquel ángel que Dios había cruzado en mi camino, la angustia de saber que la podía perder en cualquier momento solo me generaba mas ansiedad por irla a ver, quería estar todo el tiempo posible a su lado, sentirla respirar me dejaría respirar a mi, sentir su suave voz me embarcaría en un viaje que ninguna droga puede comparar, ver sus ojos me mostrarían la belleza de la creación divina, todo mi ser estaba en función de ella. Como eran finales de Octubre todos los profesores estaban dando horas libres para preparar las evaluaciones próximas mis notas no se vieron muy afectadas pero mis amigos si presenciaron mi cambio.

-Viejo usted o está tragado o se metió a vicio- me dijo uno de ellos que no era para nada delicado

-No lo entendería- respondía yo siempre hasta que se cansaron de preguntar y me dejaron solos con mis pensamientos acerca de María, las horas pasaron lentamente hasta que el esperado sonido del timbre me indicó que era la hora de salida, alisté mis libros y fui a buscar mi bicicleta.

Durante todo el almuerzo se notaba tanto mi impaciencia que mi mamá me retiró el plato después de solo un intento de que comiera más, le pedí permiso para que me dejará ir en el hospital y en menos de media hora estaba en las puertas de su cuarto.

-Te extrañe- me dijo al momento que me vio

-No abandonaste mis pensamientos en todo el día- dije acercando una silla al lado de su cama

.¿Cómo te fue en el colegio?- me preguntó con la mirada un poco despistada

-Bien, solo nos pidieron una poesía y esa materia se me facilita mucho-dijo dejando atrás mi humildad

-¿Así que eres poeta?-dijo con voz algo jocosa

-Eso dicen, sin embargo no me considero como tal-dije volviendo a mi falsa humildad

-Hazme una poesía- me dijo esta vez clavando sus penetrantes ojos en los míos

-¿Una poesía?-preguntó algo asombrado por su deseo

-Si, hazme una poesía-

-Pero dime mi angelito, para que hacerte una poesía si tu eres la más hermosa poesía que existe sobre la tierra-dije un poco asombrado por mi espontaneidad

-Te adoro!-gritó dándome una sonrisa que derritió hasta el más recóndito lugar de mi corazón y erizo todos mis sentidos.

Así pasaron los días, diariamente asistía al hospital entre 4 y 6 horas hasta que la enfermera me decía cariñosamente que tenía que irme, sin embargo esto trajo sus consecuencias, empecé a descuidar el colegio y a mi mejor amigo, quien un día aburrido de mi comportamiento me llevó a esta conversación:

-¿Por qué ha cambiado tanto?-

-Viejo…..no entendería….tengo una amiga….una muy buena amiga mía muy enferma y la tengo que visitar a diario-

-A si claro, la tal María, esta bien, visítela, ¿pero que hay de mi?-

-¿Acaso no la esta pasando bien con los de su nuevo salón?-dije en un repentino ataque de ira

-Pues sabe que si, al menos ellos no son tan ñoñitos como usted y si me prestan atención-

-Esta bien, entonces vallase con ellos, haber lo veo, corra!!!-dije

-Abrace!-me dijo y me dio la espalda siguiendo otro camino, un camino separado del mío, varios años en la basura, ¿de que servía la amistad? Para nada!, eso decía en mi etapa de furia, pero, en mi cabeza, silenciosa y aguardando su momento, mi conciencia me sacaría en cara hasta que punto fue mi error, sin embargo, se tomo más de lo esperado y esa tarde llegue al hospital furioso.

-¿Qué te sucede?-

-Es….es el…-dije sabiendo que me podía leer la mente

-¿Qué sucedió?-

-Perdí….perdí ocho años de amistad, los deseche a la basura como cualquier papel, como si fuera un simple desperdicio, cerré toda una era, todo por su asquerosa culpa!, detesto esta vida….-me frené en seco, sabía que había cometido un error grave, lo más sabio que pude hacer fue callar dejando un momento incomodo y silencioso entre mi “metida de patas” y la respuesta de María

-La vida es dura-dijo María nuevamente con la vista perdida

-Si que lo es….-las palabras se ahogaron nuevamente en mi garganta, parte de mi ser quería hacerle una pregunta que me había guardado desde el día que la conocí, pero no, aun no era tiempo, el momento se daría.

-Los que son serán-

-¿A que te refieres?-pregunte confundido

-Las personas que continuaran en tu vida en tu futuro serán los que serán, los que son serán, así de sencillo, solo falta descubrir quienes serán y quienes no-

-¿Pero que puedo hacer?-

-Sigue tu camino, deja que la vida te guíe, recorre tu camino, que la vida será la encargada de cruzarlo con el de las personas que serán-

-¿No hay momentos en que quisieras cambiar tu vida?-Hay estaba, finalmente lo había dicho, una pregunta cruel pero no podía comprender como a una persona como ella le había tocado un destino tan horrible, ¿cómo era posible que le hubiera ocurrido?, era simplemente inconcebible.

-Juan…-empezó a decir volteando nuevamente su cabeza y poniendo cada centímetro de su atención en mi –nosotros no podemos decidir que vida nos va a tocar, pero si podemos decidir que hacer con el tiempo que nos han dado, yo decidí luchar, aunque halla sido inútil, fue mi decisión, y a pesar de mi corta edad comprendí muchas cosas de la vida, aprendía a conversar con aquel rayito de luz que atraviesa la ventana, a pesar de que creas lo contrario, yo hice lo que desee con el valioso tiempo que me han dado-

-¿A…..a que te refieres…..cuando dices….que luchar haya…haya sido inútil?-dije sumamente preocupado que no analice la belleza de las palabras que me acababa de decir-

-Suspendí la quimioterapia-

Un baldado de agua fría recorrió todo mi sistema nervioso y hasta la parte más remota del cerebro despertó a una realidad que había intentado bloquear “Va a morir”, estas palabras no dejaban de atravesar una y otra vez mi mente mientras que la desesperación se apoderaba de todo mí ser.

-¿Por qué lo hiciste?- Pregunté totalmente devastado

-Fue decisión del doctor y mía, no vale la pena seguir sufriendo, mis pecados han sido purgados, solo quiero disfrutar mis últimos días en la tierra sintiendo la suave brisa del viento, el brillo del sol en mis ojos, todo lo que no he podido ver en mucho tiempo…pensé que tu podrías llevarme…-

La furia se apoderó de todo mi organismo, mi conciencia fue encerrada bajo llave en el fondo de mi alma y todas las cosas malas que alguna vez había vivido se vinieron en un golpe, aquella que tanta esperanza me había brindado, que tanta hermosura me había dado, de la cual me había enamorado ahora sucumbía ante la pelea, no lo podía creer, no lo entendía.

-Me has decepcionado-Dije y sin pensarlo dos veces le dí mi espalda y salí con mi espíritu destrozado en mil pedazos, el corazón palpitando fuertemente, todos los recuerdos que habían hecho eco en mi conciencia ahora parecían distantes y solo me quedaba la imagen de María, mi conciencia seguía atrapada y cometí el más grave error que puede cometer un ser humano: dejarse llevar por la ira.

No asistí al hospital en toda la semana, aunque poco a poco mi querida conciencia iba saliendo de su confinamiento y volvía a dominar todos mis pensamientos, la ira se iba reemplazando cada vez más por dolor y arrepentimiento, su imagen no podía salir de mi mente, “…solo quiero disfrutar mis últimos días en la tierra sintiendo la suave brisa del viento, el brillo del sol en mis ojos, todo lo que no he podido ver en mucho tiempo…pensé que tu podrías llevarme…”sus palabras rondaban una y otra vez mi corazón, partiéndolo poco a poco, desgastándolo, sin ella no podía respirar, necesitaba verla, no podía ser tan vil de abandonarla en su momento más débil, me decidí a ir al hospital a visitarla.

Camino al hospital me detuve para comprar unas hermosas rosas que me recordaron a su brillante piel, y sin esperar un momento más me dirigí hacía el ya conocido paisaje del hospital. Al entrar por las puertas de la habitación sentí una pesadez que no había sentido en mucho tiempo, la habitación estaba algo oscura, sin embargo identifique la figura de María, pero al acercarme a ella mi alma se estremeció, sus ojos verdes se encontraban totalmente aguados, su respiración aunque continúa era lenta y prolongada, se veía cansada, y lo peor, no me reconocía.

-Angelito, he vuelto- dije sin obtener respuesta alguna

-Ha perdido la memoria….es su último día- me dijo la conocido voz de la enfermera quien lucía más pálida que de costumbre.

-Veo- dije sintiéndome culpable por todos los momentos que había desaprovechado, por primera vez en mucho tiempo una lagrima se posó sobre mi mejilla, quien como comandante en batalla trajo consigo otro pelotón, no quedaba más que sollozar, solo sufrimiento había en ese cuarto, mi soledad y yo de nuevo nos encontrábamos ambos en vela por el ángel que yacía al frente, una vida mucho más importante que la mía se consumía poco a poco, una flor cuya último pétalo se estaba ,marchitando a un paso lento pero continúo e implacable, ya no quedaba nada que hacer.

Entre mis sollozos y suspiros, observé que en la mesita de noche se encontraba un trozo de papel bien decorado y mayor fue mi sorpresa al ver que tenía mi nombre en el, lo abrí y era una carta de María:

Angelito Divino:

Mi conciencia se va desvaneciendo poco a poco y las sombras se están apoderando de mi vista, como último esfuerzo he decidido escribirle algo a la única persona que ha significado algo para mí en la vida: tú.

Se que no me abandonaste por que así lo querías, simplemente te dejaste llevar por la ira, te entiendo, no te preocupes, no te culpes, se que no entendiste muy bien mi decisión de suspender la terapia pero te digo que, el dolor sentí sirvió para lavar mi vida de pecados y en un sueño un hermoso ángel, igual a ti, me llamó, me mostró las puertas del paraíso, me dijo que disfrutará los últimos días en la tierra, las nubes me esperaban y la brisa me llamaba, sin embargo, no podía irme sin antes despedirme de ti, no te preocupes por mi, la vida me dio todo lo que pude haber esperado, sentir tu amor fue lo más especial que me sucedió, tus visitas minimizaron los dolores por los cuales tuve que pasar, no fue necesario sentir el brillo del sol en mis ojos pues con tu mirada iluminabas toda mi alma, la suave brisa fue reemplazada por tus hermosas palabras, en mis momentos de debilidad estuviste ahí, tal vez no en persona pero si en el recuerdo, que algo no se pueda ver no significa que no este ahí, gracias por dejarme hacer contacto con alguien del mundo exterior, gracias por escuchar lo que tuve que decir, gracias por existir, cada “te quiero” que me decías era un alimento más para mi adolorido corazón, tu presencia hizo que el dolor pasará casi desapercibido, te agradezco por todo lo que me has dado, te agradezco por haberme acompañado, y sobretodo, te agradezco por haberme enseñado lo que es el amor.

Después de que no este, sigue con tu vida, besa el doble de veces por los besos que no te pude dar, abraza el triple por los abrazos que no pude dar, escribe, goza, vive!, la vida es el mejor regalo que Dios nos ha podido dar, no te preocupes tanto por los problemas que hoy afrontas, solo continúa apegado a el y verás que todo se solucionará, tu no escoges tu vida pero si lo que puedes hacer con el tiempo que se te ha dado, solo te pido, que aproveches el doble por el tiempo que no pude compartir contigo, y recuerda que, cada amanecer que alegre tus días y cada atardecer que melancolice tu alma puede ser el último, disfrútalo, disfrútalos por ti, por mi, y por Jesús.

No puedo dejar de agradecer lo que me hiciste pasar, solo quiero que sepas que te amé desde el primer momento en que te ví, y te seguiré amando por el resto de la eternidad…

No es un adiós mi angelito, es un hasta luego.

María

Sin dudarlo dos veces, acerque mi cara a sus hermosos labios y di el beso que más ha significado para mí, al terminar, me miró de nuevo con sus penetrantes ojos y me dio una sonrisa que perdurará para siempre en mi memoria, luego, cerró sus bellos ojos verdes por última vez, el incesante pitido que indica la falta de pulso de un paciente inundó la sala y de repente una gran cantidad de doctores y enfermeras inundaron la habitación, obligándome a salir por última vez de este cuarto, en el cuál había visto a un verdadero ángel, en el cual había madurado, al cruzar esa puerta por última vez supe que no era el mismo que la había cruzado al principio con una apendicitis, mi cara se veía inundada por lagrimas y en mi mente su frase rondaba “si vez que mis ojos se llenan de lagrimas no te preocupes, recuerda que no todas las lagrimas son de dolor” y mi alma se estaba reconfortando poco a poco de todas sus enseñanzas.

Al abandonar el hospital hallé en mi camino un nublado y oscuro día que no permitía divisar el sol, sin embargo, a través de las nubes, un débil rayo de luz rozaba mi cara, haciéndome sentir la caricia del nuevo angelito del cielo…..

La muerte no es el final de una vida, en la tierra perdurará en el recuerdo de las personas que la amaron y en el cielo el espíritu iniciara su hermosa nueva aventura.

El Fin.